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sábado, 14 de julio de 2012

Caminar hacia el futuro

Un huerto es o debe ser algo más que un trozo de tierra fértil, pues todos podemos hacer un huerto o un microhuerto, solo hacen falta unas semillas, plantitas o esquejes y un poco de tierra fértil y, claro, un poco de cariño.

La propuesta de huerto, la filosofía de huerto está en torno al respeto total a la naturaleza, a cultivar por medios tradicionales, prescindiendo de la química de las grandes multinacionales y las semillas alteradas geneticamente.

Todos los amantes de la tierra podemos hacer mucho por un mundo que se nos muere y se nos muere porque lentamente lo estamos matando, haciendo desaparecer especies vegetales y animales en aras del progreso, un progreso que cada vez nos hace menos humanos y mas dependientes.
Los tiempos que corren no solo son malos tiempos para la lírica, son malos tiempos para absolutamente todo, pero eso tiene remedio si queremos, aunque, claro, deberíamos dejar de lado muchos prejuicios y personalismos, porque si somos capaces de sumar y labrar y cultivar una hectárea de tierra podríamos comer tres familias y con lo que tenemos encima eso sería un triunfo.

martes, 3 de julio de 2012

El huerto que cura


 http://www.youtube.com/watch?v=gM_srcIufO4
Este vídeo nos abre los ojos sobre el manejo y mal uso de los recursos naturales.

EL PARAÍSO ESTÁ DONDE QUERAMOS ENCONTRARLO


Sucede infinidad de veces que estamos ciegos respecto de lo que hay o sucede a nuestro alrededor y sin embargo vamos a buscar a los confines del mundo lo que tenemos en la puerta de casa.

Nuestra ceguera se debe a lo inmediato o a que la cotidianidad no nos permite pararnos ni un segundo en aquellos lugares por donde pasamos todos los días, pero si alguna vez salimos de nuestra cáscara, ese caparazón que nos protege contra todo y contra todos y miramos con los ojos curiosos, aquellos ojos y aquella mirada que teníamos cuando aún niños todo nos impresionaba, veremos un mundo, que estaba a nuestro lado pero permanecía oculto.

Cuantas veces nos hemos admirado de los monumentos, los paisajes, los animales de países lejanos y exóticos, pensando que sería un sueño poder viajar hasta allí, pero la realidad es que esos paraísos están a la vuelta de la esquina.
Después de mucho tiempo o no tanto he empezado a descubrir lo que tengo a mi alrededor, no es nada sensacional, pero es más de lo que pensaba e imaginaba y solo me ha hecho falta cambiar la mirada, mirar con otros ojos, mirar viendo lo que hay a nuestro alrededor.

Un día descubrimos un cuadro, los girasoles de Vincent van Gogh, y quedamos profundamente impresionados de esa belleza, pensando en qué pensaría el artista, con qué ojos habría mirado aquel campo. Y lo mismo nos pasa al ver una catedral o una escultura, sin darnos apenas cuenta que este campo, aquella iglesia, ese herraje son obras de arte, manufacturadas, paridas desde el sentimiento por hombres anónimos, pero no por ello son menos valiosas o menos bellas y tienen la ventaja de estar detrás del cristal, a unos pasos de nuestra casa.

También nosotros podemos mirar con los ojos del artista; y si no quieres o no lo deseas lo puedes hacer con los ojos de niño, con esa frescura despojada de prejuicios y ver, mirar y sentir.


No quiero ser nada, pero me agradaría compartir esta parte de belleza, de paz, que he encontrado a pocos pasos de mi puerta y que no me permitía ver, porque miraba con ojos desprovistos de curiosidad, porque la vida me conducía por caminos inciertos, que no me dejaban tiempo para contemplar esta gran obra de arte, que es la tierra.